Archivo de entradas de octubre, 2015
¿Quién ha ganado? ¿Te has divertido? Dos preguntas muy distintas. Con la segunda debería empezar algo tan sencillo y fácil como es interesarnos por la diversión de nuestros hijos en el deporte. Pero, hoy por hoy, se está olvidando; en cambio, la primera pregunta estamos cansados de escucharla continuamente. De una manera indirecta, ya estamos presionando, fomentando resultados y competitividad a la vez de estar facilitando emociones negativas.
Aquí es donde quiero nombrar el “miedo”, ese enemigo de miles de deportistas, concretamente de futbolistas con quienes yo trabajo, un lastre que cargan muchos de ellos independientemente de la edad que tengan.
La relación que tanto padres como entrenadores y directivos mantienen directa o indirectamente con los niños es fundamental para generar entusiasmo y motivación por la práctica deportiva, pero todo lo contrario cuando la herramienta utilizada es la presión, la cual facilita que aparezca el miedo, la ansiedad y el abandono de la misma.
La presión que tienen hoy en día los deportistas de categorías base se quiere parecer cada vez más a la de un equipo de Primera División; se presiona con los resultados, con el ganar como único objetivo, la afición responde con la misma ansiedad que si viera un partido profesional, con que su hijo es mejor que el otro, con que si es preciso meter una patada para salir airoso de la jugada está permitido y nos encontramos con padres y entrenadores que además los motivan.
Me pregunto ¿Y el esfuerzo? ¿Alguien se acuerda de él? Un valor tan bonito y tan enriquecedor que a día de hoy pasa desapercibido en muchos clubes de fútbol base, cuando debería de ser el principal objetivo.
¿Por qué no les dejamos crecer? No tiene sentido acelerar y poner en peligro el proceso de formación de sus hijos. En la vida a medida que crecemos, todo se acaba convirtiendo en una competición: sacar buenas notas para elegir carrera en la universidad, puestos de trabajo, dinero… Ya tendrán tiempo para competir.
Lo mejor para estas etapas es que puedan disfrutar con tranquilidad del deporte que ellos han elegido y sin presión de ningún tipo, dejando que poco a poco sean ellos los que decidan. También hay padres y entrenadores que los animan, los apoyan y que no le dan importancia a los resultados. Solamente les interesa que sean felices, que adquiera unos hábitos saludables, que respete a sus compañeros, a los rivales, al árbitro y a su entrenador. Aunque sean los menos, yo les animo para que sigan apoyando o a sus hijos, estando siempre cerca de ellos, elijan el deporte que elijan. Lo importante es que disfruten practicando deporte y de algo tan bonito como el fútbol y no olvidarnos de que ¡los valores también juegan!